Cuando una persona no logra deshacerse de la grasa del abdomen con dieta y ejercicio, existe una intervención quirúrgica muy popular llamada abdominoplastia. Con esta, se remueve el exceso de grasa y piel de la parte baja del abdomen y además, se tensan los músculos. Por medio de esta intervención, también se pueden ocultar (no eliminar) las estrías. Pero el objetivo principal es remodelar el abdomen, dándole más forma, eliminando la flacidez y reduciendo la cintura.

 

El procedimiento se realiza con anestesia general o local y dura entre una o dos horas. El primer paso en la abdominoplastia es hacer una incisión transversal en la parte más baja de abdomen y extirpar todo el excedente de piel y grasa de la pared abdominal. Una vez hecho esto, por medio de suturas, se reconstruye la pared abdominal uniendo los músculos.

 

Cuando se hace esto, un colgajo de piel (porción de piel que se mueve de un área del cuerpo a otra) se forma, así que es necesario suturar. Usualmente se reubica el ombligo y finalmente, si es necesario, se realiza una liposucción de caderas que ayuda a moldear mejor toda la zona.

 

La recuperación de una abdominoplastia dura entre cuatro y seis semanas. Sin embargo, al ser una intervención quirúrgica “agresiva” , se recomienda no exigirle mucho al cuerpo durante los primeros tres meses.